jueves, 28 de octubre de 2010

DECISIONES

Café o agua, de negro o de rojo, pelo largo o corto, güera o castaña, cerveza o vodka, me tomo una o me pongo peda, vestido o jeans, botas o tennis, gasto o ahorro, nokia o iphone, voy o me guardo, Diseño Gráfico o Arquitectura, camioneta o coche, gato o perro, agencia o coorporativo, vivo sola o con roomie, playa o pueblo, lloro o me voy de fiesta, tomo foto o video, de terror o de la risa, original o pirata, renuncio o me quedo, México o algún lejano lugar dónde nadie me conzca, voy con mi mamá o me encierro a ver pelis, lo limpio o me hago wey, cine o peli en casa, carnitas o fruta, tamal o huevitos rancheros, corro o me aplasto, yoga o gimnasio, lo busco o lo dejo, le escribo o le hablo, lo olvido o lo extraño, perdón o estúpido orgullo, con melón o con sandía, me aviento o me aguanto, le apuesto o me da frio, sigo o corto, me caso o me quedo soltera, compro o rento. Así yo y así todos vivimos decidiendo cosas, resultamos ser lo que decidimos en el pasado y en el presente por muy simple que parezcan estas pequeñas decisiones. Estamos dónde y cómo estamos porque así lo decidimos.

Los que tienen trabajos en coorporativos aburridos se quejan de su vida señoril, otros de la inestabilidad que les dio decidir ser freelanceros, los casados, están aburridos de estarlo, los solteros quieren estar casados, los que tienen hijos se sienten contentos pero anclados, los que no tienen añoran ser padres. Así que esta vida no es más que un buffet, si eliges paella nunca sabrás como estaban los camarones. Ojalá existiera un botón que se encendiera en verde para elegir lo que te va a ser felíz, y rojo para no tomarlo, pero para colmo vivimos a prueba, error, mientras la vida se va rápidamente.

Ayer mi nueva psicóloga me dijo algo que me dejó pensando. Ella, una señora de más de 60 que ve la vida tranquila y felíz, y que al sentarte enfrente sientes una vibra increible. Ella dice que la angustia que se siente por decidir no es más que miedo a vivir y si algo dura un año, tres, un mes, diez minutos, pero eso lo viviste felíz, ya valió la pena, no importa que mañana no lo vuelvas a tener. Así que seguiré decidiendo y decidiendo a ver dónde me lleva mi intuición.

miércoles, 27 de octubre de 2010

POR DIVORCIO


Si es por divorcio, entonces si te lo compro, o que espera el señorcito, que la gente pase y le sonria con lástima, o que se bajen a darle un abrazo, o al menos una palmadita en la espalda. Favor de no mamars.

martes, 26 de octubre de 2010

NOVIEMBRE

Empieza Noviembre en breve, yo estaré estrenando hogar, o más bien acompañañdome la vida en casa de mi mejor amiga, un departamento en el que más de una vez me ha dado tranquilidad y me ha recibido en tiempos difíciles, me mudo el sábado o domingo. Toda éste mes he estado empacando cosas, cosas que voy a llevar conmigo, cosas que dejaré embodegadas durante un tiempo indeterminado, tirando cosas viejas, tirando cosas que no quiero tener más, tirando todo lo que siento que pesa y que definitivamente ya no quiero cargar, despidiendome de mi hermosa gata. Ayer como hace un año y medio y como hace un año igual, cierro de nuevo cajas con cinta canela, tiro bolsas de basura y de pronto se apodera de mi un sentimiento extraño, no es nostalgia, no es tristeza, no es ansiedad, sólo son los pasos andados, los días que quedaron atrás, mi cara en el espejo que ya no es la misma, he cambiado, definitivamente la niña que dejó la casa de sus padres hace casi 5 años ya no está en ese reflejo, tanto que no la reconozco, he recorrido mucho y muy rápido, con prisa, sin parar y estoy cansada. Definitivamente no me gustan las mudanzas.

El año pasado puse un minialtar de muertos junto con los 6 nombres de las personas que merecen que no las olvide, este año no podré pero hoy al ver las flores de cempasúchil en los camellones de Masaryk, me hicieron recordar
cómo voló este año y cómo volará el siguiente. Noviembre siempre ha tenido un extraño encantamiento para mi, me gustan las hojas cayendo de los árboles, me gusta el clima de otoño, me gustan los colores del cielo, me gusta el pan de muertos, me gusta el dulce de calabaza y festejar el cumpleaños de mi hermana. Pero éste Noviembre es diferente, me sabe igual que los últimos meses de éste año, me sabe a té de boldo y de azhar, me sabe a café, a aspirinas, a donas bimbo de máquina, a pan wonder con mermelada y leche de bote, me sabe a la desgana de cenar sola y sin que el teléfono suene, acompañada con música de Calamaro para antes de dormir. Éste Noviembre no esta padre.

sábado, 9 de octubre de 2010

Grosellas 33

Hoy pasé enfrente de esa casa, que recuerdos carajo!, me pareció verme salir de esa puerta donde algún día me rompí la naríz, y si como en una peli, esa casa que ahora lucía sin luces en las ventanas, con sólo un coche blanco estacionado enfrente, de pronto en mi mente la hice de día, y vi al Ham, al Gokú, y al Corsarito estacionado dentro del garage, me vi a mi sentada en aquella mesa de sillas altas, en la cabecera, donde siempre me sentaba, pude recordar como era el comedor, el pasillo, el baño, la cobacha, las escaleras, la sala y el jardín trasero y fué entonces cuando la nostalgia se apoderó de mi y no pude parar de llorar, que rápido, parece que fué ayer, y cuánto tiempo pasé ahi y cuánto tiempo ha pasado ahora, los nuevos días se apoderaron de nosotros, de lo que fuimos. Hoy todo es completamente diferente, ni siquiera sé si él se acuerde de ése entonces. También vi a Lolita, vi los recaditos que me escribía, oí su voz dulce saludándome, siempre parecía que mi presencia la ponía contenta, y comíamos y reiamos y pasabamos las tardes enteras.

Recuerdo todas la veces que salí enojada de esa casa, en realidad nunca debí enojarme, no sabía que todo pasaría y al final y al final ya no queda nada.

martes, 5 de octubre de 2010

Extrañamente

Será una condición humana pensar que cualquier tiempo pasado fué mejor? Gente anclada de sus pasados, yo misma lo he hecho cientos de veces, recuerdo mi cuaderno de secundaria, plagado de poemas de desdicha, pensando que aquel idiota que no me pelaba a los 15 sería el amor de mi vida y nunca estaría conmigo, entonces mi camino sería obscuro y horrendo, pero no fué así la vida me ha ido sorprendiendo todos estos años, he tendio una vida llena de cosas, de gente, de trabajo, de dicha y de desdicha, sin embargo aveces me lamento aún por el pasado, sin darme cuenta que el presente lo tengo justo hoy, que el futuro es tan incierto que tal vez mañana mismo me muera, que me faltan millones de cosas que hacer, de experiencias por vivir, de lugares dónde ir, de comida por probar, de gente por conocer y porque no de lágrimas por derramar.

A nadie le gusta llenarse de años, de planes que se quedan en planes, de recuerdos tristes, de adioses, de lo que pudo ser, de si yo hubiera hecho, porque finalmente nos va apagando las ganas, nos va volviendo tristes, desconfiados, solitarios.

Extrañamente hoy no añoro nada de lo que he perdido, no me lamento de nada de lo que he hecho, de lo que he dejado. Extrañamente hoy que muero de gripa, que tuve una tarde horrenda en el dentista, de haberme perdido en las avenidas del Oriente de la Cd. de México, extrañamente hoy que no tengo nada claro, me siento bien, muy bien, creo que eso merece una buena canción.

sábado, 2 de octubre de 2010

Terminando la relación más larga de mi vida


18 años y ni un día más, voy llengando de un buen concierto y mañana diré adiós al tabaco para siempre jamás, o al menos eso pretendo.

No se si fué en secundaria o en prepa que mi amiga Martha me llevó a los baños de niñas de la escuela a fumar un cigarro alrrededor del escusado, y yo pretendiendo dominar la escena fumé y fumé un Benson arrugado y húmedo, fué entonces cuando no puede dejar de fumar, aveces por pretender tener estilo, por parecer mayor, por tener onda, por pertenecer al grupo de las chicas malas que fumaban, pero el caso es que me gustó al grado de disfrutar mi vicio durante muchos, muchos años más.

Fumé en los salones de la uni, fumé después de comer, fumé en millones de pedas, fumé entre clase y clase, fumé en mis múltipes depresiones, fumé cuando estaba borracha, cuando estaba triste, cuando estaba felíz, cuando bailaba, cuando iba a dormir, cuando despertaba, cuando tomaba café, cuando tomaba cerveza, cuando iba a un velorio, cuando quería matar el tiempo, cuando quería ligar, cuando terminaba con alguien, cuando platicaba con mis amigas, cuando iba a la playa, cuando manejaba, cuando hacía frío porque según yo me calentaba, cuando hacía calor, cuando me paraba en la carretera, cuando compartía una pena, cuando estaba eufórica y cuando estaba tranquila.

Fumé Malboro, Camel, Benson y cuando era más pobre que hoy, fumé Montana, Delicados y Boots, fumé Capri, los clásicos delgaditos y largos, fumé Raleigh y cigarros cubanos que no recuerdo su nombre, fumé cigarros robados a mi tío Rico, a mi papá y a mi hermano, fumé cualquier cantidad de bachas en las fiestas donde no había cigarros, fumé, fumé y fumé.

No sé cual es la razón por la que dejo de fumar si ahorita al pensarlo ya lo extraño, pero creo que el paso del tiempo te pone a pensar en tu salud, en el sin sentido que te da fumar un cigarro, ya que nada más te llena de humo pero ni siquiera te pone, en las asquerosas crudas de cigarro, el mal olor en el pelo, en la ropa y en los dedos. Quizá me llegó la hora, la edad, la conciencia o simplemente las súplicas de mi madre por dejar el cigarro, pero mañana a las 9 de la mañana voy a mi curso de Allen Carr, dos mil pesos espero que sean razón suficiente para dejarlo.

Hoy me fumé mi último cigarro en el concierto de Arcade Fire, hoy digo adios al delicioso sabor a humo, al increible olor a cigarro, a mi marca favorita Malboro Rojos, a mi gusto por tenerlo prendido entre mis dedos y me quedo con todos mis recuerdos, que son millones, en los que fumé y con quienes fumé.

Dejo de fumar sin odio al cigarro, con un grande extrañamiento pero con firmeza, dejo de fumar por mi, dejo de fumar para demostrarme que puedo, que me quiero y que hasta la relación más larga de mi vida puede terminar y no pasa nada. Dejo de fumar por dejar, por liberarme, por saber que puedo cambiar, y aunque quiero sé que siempre, siempre como cualquier mentada relación lo voy a extrañar.

viernes, 1 de octubre de 2010