martes, 28 de septiembre de 2010

Octubre

No puedo creer que estamos por empezar el décimo mes de éste año, otra vez se acerca Navidad, otra vez los centros comerciales plagados de madres para adornar las casas, nuevamente se cortan millones de pinos (como si sobrara oxígeno en el mundo), todo el mundo comienza a administrar los días de vacaciones que les restan por tomar, organizan en casa de quien será el guateque y claro todos gustaran todo su aguinaldo en la gran fiesta y los regalos.

Este año se me fue más rápido que el pasado, y el pasado más que el antepasado, tal cual me decían mis papás cuando era chiquita, cada año pasa más y más rápido, y esto es porque tendemos a relacionar un año con todos los que hemos vivido, así que para un niño de dos años es la mitad de su vida, para un niño de doce, la decimosegunda parte y para mi, pues ya un chingo.

De chavita me ilusionaban las Navidades, aunque siempre fueron horrendas en mi casa, siempre guardé la esperanza que mejorarían y aunque nunca sucedió yo año tras año seguía poniéndome el vestido más lindo que tenía para esa noche. La onda que llegara el niño Jesús o los reyes magos era lo mejor, estrenar juguetes, casi siempre Barbies en mi caso, era increíble. Pensar que tenía que esperar un largo año para que llegaran otra vez, se convertía en una espera larga.

Ahora me considero una Grinch de las Navidades, tan sólo ver los adornos en los supers me caga. Ayer, platicando con un amigo por teléfono me contó que ya había tomado sus días para Navidad y me dijo lo que suele hacer con su familia, yo por mi parte le conté que yo no haría nada, tal vez dormir, seguramente pensó que que chafa o amargada era, pero la realidad es que a mi ya no me emociona, talvez sea la Navidad la época más patética que ninguna otra fecha del año, talvez porque me recuerda a mi abuela que se fué cuando yo tenía 16, tal vez porque me recuerda las cenas en casa de mi tío Jacobo, con primos, árbol y regalos que ya nunca serán, tal vez me recuerda que hace un par de años compartí poner un árbol de Navidad en mi casa, tal vez me recuerda al árbol de navidad de la casa de Lolita, tal vez me recuerda al nacimiento que mi experro Yory desmadraba en un segundo, tal vez me recuerda mi cara en las esferas, tal vez me recuerda al intercambio de regalos y las compras en Liverpool de Satélite, tal vez me recuerda los nacimientos en las iglesias y las idas al zócalo para ver los adornos.

Pero este año, a menos que
suceda algo que me sorprenda en la vida, que dudo, tal vez me largue a alguna playa sola
, tal vez me tome una botella de vino mientras veo una peli, tal vez mi madre insista que vaya a cenar a la casa o a algún restaurante y es poco probable que lo haga, tal vez me deje llevar por la Mercadotecnia y me gaste todo mi aguinaldo en ropa, para consentirme, tal vez me aviente por millonésima vez Mi pobre angelito II, tal vez prefiera venir a trabajar que quedarme en casa, tal vez planeé un suicidio masivo con gente que odia la Navidad como yo, talvez me fume un porro e invoque al espíritu de la Navidad con ayuda de una guija para reirnos juntos, en realidad no lo sé y el tan sólo pensarlo me pone de malas.

Finalmente apenas será Octubre y prefiero no pensar en Diciembre, ni en Santa Claus, ni en sidra, ni en pavo, ni en nada que me amargue mi noche. Te odio Navidad.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Besos, besos, besos.

Hoy me desperté con ganas de un beso, uno de esos bonitos, largos, lentos, húmedos, de esos que te despiertan sin abrir los ojos, un beso que no diga nada, que no tenga promesas, que no carge tristeza, ni historia, ni tiempo, sólo muchas ganas.

A pesar que mi experiencia del primer beso no fué la mejor, incluso fué horrible, recuerdo haber llegado a mi casa a lavarme la cara, que asco sentí, sin embargo poco después descubrí que no sólo me gustaban sino que me hice fan. Un beso esconde muchas cosas.

Me considero una persona fan de los besos de todos, de los que guardo en mi recuerdos, de los que añoro, de los que dejé de dar e indudablemente guardo la magia de los besos de despedida, de esos que saben amargos, que se dan con lágrimas y saben a sal. De ese último beso, que sabes que es el último, o del último que aunque no sospechabas que sería el último, lo fué. El más bonito sin duda es el primero, ese que no imaginas que ocurrirá, que te llena curiosidad, que no sabes cómo será, ese en el que descubres como besa, el grosor de sus labios, su temperatura, la humedad, las ganas, y que decir de los besos que no puedes parar, de los que no te cansas y duran mucho, mucho, mucho tiempo, que te vuelves adicto y necesitas más y más y más.

Los besos con sabor a alchol tienen su mágia, los besos tiernos, los apasionados, los atascados, los mordelones. Los que das cuando prometes, los que das cuando amas, los que das sólo por ganas, los que das cuando alguien te gusta mucho, los de lenguita, los jugetones.

Los peores besos sin duda son los que das con desgana, esos deberían de borrarse, deberían no existir, los que das por compromiso, los que das sin sentir. Siempre hay que sentir algo, amor, ganas, curiosidad, gusto, lujuria, ternura, lo que sea pero algo. Un beso sin sentir no es nada

Besar bajo la lluvia, bajo el agua, bajo las sábanas, besar en la playa, en el mar. Besar antes de dormir y besar al despertar. Un beso sabor a chicle, incluso puedo decir que los besos con un ligero sabor a cigarro me gustan. Besos en el coche, besos en la noche, besos robados, besos cortos, besos tiernos, besos, besos, besos.

Y yo aquí sin un beso.


martes, 21 de septiembre de 2010

Incredible things


Fafi collection. Si Dios decidió hacerme pobre al menos debería de regalarme unas bonitas rain boats o este par de tennis, vía Santa Claus, Reyes Magos, ratón de los dientes o de la forma que el guste.

domingo, 19 de septiembre de 2010

HOY

La mañana de hoy amanecí preguntandome si en realidad me deprimo tanto como muchas veces presumo, rápidamente me contesté que no, que es un deporte para mi, al que seguramente le encuentro alguna forma de placer. Pero pensando un poquitito más a fondo me dí cuenta que no es así, hay muchas cosas que me deprimen, las grandes dosis de realidad son las que me mantienen mucho tiempo en ese estado. Claro no es una depresión que me impida levantarme de mi cama, ni dejar de dormir como bebé, simplemente es un estado constante que la mayor parte del tiempo mantengo oculta.

Me deprime pertenecer a una generación TANG, en la que todos queremos que las cosas sucedan inmediatamente, me deprime el paso acelerado de todo, me deprime vivir en un mundo desechable, todo pasa de moda rápido, todo se convierte en basura en un abrir y cerrar de ojos, todo es sustituible por algo mejor, nosotros mismos nos convertimos en mercancía, estamos constantemente en la ley de la oferta y la demanda, el amor se convirtió en un objeto sustituible, desechable y lamentablemente todos nos ofertamos constantemente, todos nos desechamos, todo pasa rápido. Me deprime escuchar a mis amigas y amigos quejandose de exactamente los mismo, me deprime que no existan las grandes historias de amor que vemos en las películas.

Me deprime no recordar con claridad las historias que contaba mi abuela, me deprimen las personas en el tráfico, los policias, el señorcito de la esquina que que con un sólo brazo intenta limpiar los coches. Me deprime ver como todos podemos criticar a las millones de mujeres que recurren al botox y a las cirujias estéticas cuando el mundo mismo se ha encargado de demostrar que el ser viejo es lo peor que te puede suceder, nadie quiere envejecer, porque simplemente no hay lugar para los viejos ni en los trabajos ni en ningún lugar. Me deprimen las noticias, los perros de la calle, hablar a mi casa y sentirme tan lejana a todo lo que ocurre ahi. Me deprime la gente deprimida, los días nublados, la expresión de las caras de las personas en el metro, sus zapatos sucios, sus mochilas rotas. Me deprime enchinarme las pestañas todos los días y saber que siempre serán lacias y gueras, me deprime lo mala que soy para el inglés, carecer de constancia para terminar las cosas que planeo, los estados de cuenta sin abrir por meses que mantengo en mi mesita

Me deprime leerme en diarios, libretas y papeles. Me deprime no tener un iphone, me deprime saber que mi gata nunca se ha subido a un árbol, ni se ha cruzado con otro gato, porque está sentenciada a vivir en un departamento en la Ciudad de México, me deprime no vivir en alguna playa, me deprime mi trabajo de más de 12 horas, me deprime las largas colas en el super, el vidrio roto de mi Jeep. Me deprime no terminar los libros de comienzo, las caras que con los años han quedado atrás, los hospitales y los asilos.

Me deprime ver personas trajeadas fumando afuera de los edificios fríos de Santa Fé. Me deprimen las putas paradas en las esquinas, me deprime que nadie escriba cartas ni postales, me deprime que nadie imprima fotos y las guarde en algún album, me deprime facebook, me deprime Radiohead, me deprimen los domingos, las llamadas cortas, el constante ruido de la gota que siempre está cayendo en mi regadera, me deprime empacar, me deprime no tener hogar, me deprime mi yo deprimida, mis tennis sucios, mi naríz chata, los vasos vacios sobre la mesa de la peda de ayer, el silencio de está mañana, los chillidos de mi gata. Hoy.

sábado, 11 de septiembre de 2010

1:40 am

Voy llegando a casa, un poco peda, un poco pacheca, un poco menos infeliz que en la mañana, cenandome unos deliciosos tacos al pastor del Huequito, muy temprano para mi gusto pero llegando segura sin que el alcholímetro que me paró me pudiera hacer algún daño, ya que fingir total sobriedad con cara de niña buena ante la "autoridad" no me es difícil. La tarde de hoy estuve con unos de mis mejores amigos Haydee y Lalo, entre ponernos al día, algunos tequilas derechos, unas cuantas cervezas y reirnos como estúpidos de casi todo lo que decimos me hiceron sentir que la vida es increíble, sólo falta acercarse a todo aquello que siempre tenemos y por momentos olvidamos. Creo que el simple hecho de estar muy cerca de casa de mis padres, de manejar por las calles de Satélite me hacen sentir segura y en casa. Esta noche dormiré tranquila y felíz, mañana será otro día.

La rola que no se de quién es ni cómo se llama

Será que la canción que escuché en la mañana me hizo replantearme tantas cosas, o más bien recordar lo que no quiero recordar. Por momentos pienso que trato de no hacer, no decir, no recordar lo que me duele, sin embargo evadir tiene su precio, cuando ves dónde estás es triste y es tán triste que por eso lo incluyo en la lista de cosas por no recordar durante el día, si no los días serían insoportables, hoy esa chispa de realidad me hizo levantarme de mi cama a las 4 y media de la tarde, tengo tanto por empacar, es cómo si todos los sueños que tuve algún día y el tratar de hacerlos me llevaron a regresar con las manos vacías, tal vez al mismo lugar, con más experiencia, pero sintiendo que algo de mi se muere con cada final y simplemente nunca regresa esa parte mía, en menos de dos meses dejo mi casa, a un año de llegar, pero ésta vez sin ganas de llegar a otro lugar, sin ganas de absolutamente nada, con el único fin de seguir hacia algún lado, esperando que la vida me sorprenda, aunque cada vez con menos ganas. ¿Cómo pueden hacer las personas para seguir y seguir sin aburrirse? Yo simplemente ya no quiero, si hoy fuera el temible 2012 haría una fiesta para celebrar que todo se vaya al diablo. Y si hoy estoy deprimida y hoy sólo por hoy, tal vez mañana me este riendo de estas líneas.

martes, 7 de septiembre de 2010

Papel Vampiro


¿Porqué el papel no se refleja en el retrovisor? ¿Acaso es papel vampiro? Tantita madre.

La tetéz en las calles de Polanco


Caminando en las calles de Polanco, encontré algo digno de postear y pedir que porfa nunca hagan esto, por mas "enamorados" que disque estén porque cabe mencionar que el amor apesta, plis nunca llenen el coche del susodicho con papelitos de colores, es lo más teto del planeta, y no puedo imaginar la cara de idiota que pueda tener la persona que ose conducir en coche asi.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Me cagaaaaaa

Porque tienen que salir cosas todo el tiempo que me encantan, y que necesisto con urgencia. Pero realmente este nuevo touch está increible, así que ahi se los dejo, probablemente sea mi próxima adquisición.


Yepa, yepa, yepa


Quiero ir al Patrick, quiero ir al Patrick, ooouuu yeah!