sábado, 19 de noviembre de 2011

Mi Jeepo


Estoy a dos minutos que venga el Sr. Harper a recoger a Jeepo y de pronto me siento como Judas, como quien vende a un hijo por tres monedas de oro, me siento una mierda de persona y me siento así por ser tan aprensiva con las cosas, pero Jeepo es más que una cosa, es el coche más bonito que puede e imaginé tener, el más fuerte, él más noble y el más lindo. Cuando compré a mi Jeepo hace poco más de tres años tenía la ilusión de recorrer muchas carreteras y conocer muchos lugares con él y  así lo hice, no siempre con quien hubiera querido, no a todos los lugares a los que hubiera querido ir, pero manejé y manejé.

Llegué hasta Oaxaca y de ahí a Puerto Escondido y de regreso, fui a San Luis Potosí, a Michoacán, a Puebla, a San Miguel Allende, a Acapulco y a Cuernavaca, me llevó todos los días a mi trabajo, manejé con sol, a más de 20º, con mucho frío, con lluvia, entre piedras, sobre arena, sobre asfalto. Me ayudó a mudarme 4 veces de casa, cargó con todas mis chivas. Hace poco más de 6 meses me chocó un imbécil y Jeepo me salvó la vida, lo arreglé y quedó perfecto. Jeepo nunca se descompuso, nunca se quejó de mis cantos en todos los caminos, incluso un día que olvidé las llaves de mi casa, Jeepo me sirvió de cama.

Estoy segura que él sabía que lo quería aunque aveces lo descuidaba, ayer lloré como enferma por saber que no estaría más conmigo, como lloro siempre, por perder algo que quiero, como seguir amulando en el costal de extrañamiento una pérdida más. Estos malditos últimos años he perdido casi todo lo que he llegado a querer, todo lo que hubiera querido que durara para siempre y Jeepo es una pérdida más, un montón de momentos vividos, recuerdos, viajes, caminos. Mi compañero de esta última etapa de mi vida hoy se va con un viejito que nunca volveré a ver, al que le estuve regateando los últimos centavos para no sentirme tan mal con su partida y sin embargo el fuckin dinero no me hace sentir menos pinche de lo que me siento.

Adiós hermoso Jeepo te quedas en mis fotos y en mi corazón.