martes, 28 de diciembre de 2010

Ritual de Apareamiento en Pata Negra


Hoy fui a echar chela al Pata con un amigo y salieron los temas clásicos del amor y así, él tiene una teoría de ver las cosas, dice que todo lo que sucede con nosotros en cuanto al amor no es nada más que el instinto de reproducción que tenemos todos los animales que habitamos este planeta, al principio me pareció un poco frío lo que decía, pero entre más se extendió en el tema, más razonable me sonaba lo que decía, así que tomamos como ejemplo dos individuos de diferentes géneros que estaban a pocos pasos de nosotros en pleno ritual de apareamiento. El macho (Alfa) se movía con singular alegría, en lo que abría discretamente los botones superiores de su camisa, para mostrar virilidad ante la hembra, haciendo movimientos de fuerza y caza al ritmo de Kinky. La hembra por su parte, movía la cadera para mostrar fertilidad ante el mencionado espécimen, todo esto motivado con hartos shots de catalizador de reproducción llamados tequilas.

Entonces empecé a ver que toda los individuos del lugar se movían en la misma sintonía, y en lugar de sentirme en un bar, me sentí dentro de una filmación de Animal Planet, analizando cada movimiento de las personas, la noche pasaba y el me explicaba el porqué las personas sufríamos cuando terminábamos con alguien, y todo tenía que ver con la naturaleza y no con la decisión de cada individuo, más bien con la permanencia de la especie. También platicamos de los dos términos tan extremos para mencionar el apareamiento de las personas uno en super cursi y fuera de contexto es llamarlo hacer el amor, y el otro vulgar y vano es coger, así que buscamos el término exacto y medio, que se refiriera al acto en sí de un modo más exacto y encontramos que la media podría ser llamarlo coger con cariño, así eliminamos los extremos y nos quedamos con algo relativamente bonito y con sentimiento. Entre todas las teorías y mediante transcurría la noche yo reía y reía, sin embargo, llegue a mi casa a redactar lo sucedido y me doy cuenta que yo, en mi afán de no cambiar mi pensamiento romántico y estúpido que tengo, todo lo tomo como chiste y sigo creyendo en el amor bonito que puede existir entre las personas, tengan que reproducirse o no.

martes, 21 de diciembre de 2010

1800 + Alderete


Si la navidad resulta ser una basura al menos brindar con una bonito diseño en la botella que nos vamos a empinar.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Por qué no fui wey?

Llevo dos días deprimida, triste, rara, sensible, chipil, chillona, berrinchuda, fea, sin chiste, flaca, opaca y cansada. La respuesta es siempre la misma, te va a bajar estúpida.

domingo, 19 de diciembre de 2010

16

Era verano, me puse mi nuevo uniforme, pantalón azul, camisa amarilla, corbata y gorra con la M de Mc Donald's bordada en amarillo brillante, no podía estar más nerviosa y más emocionada a la vez. El primer día fue extraño, conocer gente nueva, casi todos más grandes que yo, en realidad era bastante tímida y moría de miedo, llegué junto con mi hermana y dos chavitos más que también eran nuevos. Uno de ellos era un niño de ojos tristes, pelo lacio, delgado y con la sonrisa más bonita que jamás hubiera visto, con hoyitos en los cachetes y dientes parejitos, de inmediato nos hicimos amigos, aprendiamos juntos, nos ayudabamos y nos buscabamos para todo, fue una de esas veces en que la química fluye sin pensarlo y quieres ver y estar con una persona sólo por el gusto de sentirla cerca.

Cuando terminaba el día me acompañaba a la parada del camión y
dejábamos pasar 3 o 4 camiones antes de subirme, ya que preferíamos platicar sentados en la banqueta, intercambiamos credenciales de la escuela, yo aún conservo la suya de tercero de secundaria, íbamos al cine Apolo y teníamos la mala suerte de entrar a ver las peores películas, sin embargo lo importante era estar juntos, riéndonos de todo y comiendo palomitas. Para vernos siempre deciamos que nos veiamos en el lugar de siempre y a la hora de siempre, y ése lugar resultaba ser la parada del autobús del parque de Satélite.

El empezó a tener novia y yo también, pero nunca dejamos de ser amigos y contarnos todo. En las fiestas siempre
teníamos que bailar aunque sea una juntos y así pasaron los años, entramos a la Universidad y cambiamos de trabajo, sin embargo nunca dejamos de contactarnos, él pasaba a visitarme a mi casa de vez en cuando saliendo de la escuela y sosteníamos largas charlas en el coche, me contaba de sus desamores y yo de los mios, teníamos como 21 años ya y nos dijimos que si a los 30 no nos habíamos casado aún, nos casaríamos nosotros, como en las pelis.

Finalmente nunca fuimos nada, sólo grandes amigos, Él se casó a los 30 y aunque más lejanos, cada vez que hablamos siento el mismo gusto por saber de él y ahora que me acuerdo de ese sentimiento, extraño tanto la
magia que se siente cuando algo no lo forzas, cuando no planeas tanto, cuando no hay contratos, cuando nadie es propiedad de nadie, cuando no importa que pase mañana, cuando no buscas que alguien te resuelva la vida, cuando no hay presión de nada, cuando nadie lastima a nadie, cuando no hay presiones sociales, cuando sólo disfrutas de la compañia de alguien, cuando la gente sólo se quiere y ya.

Y entonces y sólo entonces sientes, quieres y compras a alguien para toda tu vida, justo como cuando tenía 16.